Ella. Es difícil. Parece que te falte el suelo bajo los pies. El camino que conocías, las palabras que sabías, los olores y los sabores que hacían que te sintieses protegido... decidir acabar con todo. Sentir que, de no hacerlo, no irás a ninguna parte y te quedarás alli, fingiendo vivir. Pero ¿Un amor que acaba así era de verdad amor?. Dejó que sus pensamientos invadiera su mente y se vio con los ojos de la fantasía mientras conversaba con aquella dulce y hermosísima muchacha sentada a su lado, en una habitacíon llena de libros, cuadros, gusto e inteligencia, inundada por una luz clara y una atmósfera cálida y brillante. Puede que ella no tubiera los rasgos de su chica, sino de otra nueva, aún por imaginar. Alguien capaz de escribir esas palabras que la hacen soñar. Pero este pensamiento no le duró demasiado. No pudo impedirlo y le vino a la mente la misma pesadilla de todas las noches en la que veía su reflejo sentado a lo lejos, en la hierba. Lo miraba de reojo y su reflejo nunca decía nada. Sólo intentaba saber quién era esa nueva persona a la que todo el mundo odiaba. El tiempo transcurría y cada día se iba sentando un poco más cerca para descubrir el precio de la felicidad. Cuán cierto es que necesitamos tener un sueño.jueves, 31 de marzo de 2011
habitación añil
Ella. Es difícil. Parece que te falte el suelo bajo los pies. El camino que conocías, las palabras que sabías, los olores y los sabores que hacían que te sintieses protegido... decidir acabar con todo. Sentir que, de no hacerlo, no irás a ninguna parte y te quedarás alli, fingiendo vivir. Pero ¿Un amor que acaba así era de verdad amor?. Dejó que sus pensamientos invadiera su mente y se vio con los ojos de la fantasía mientras conversaba con aquella dulce y hermosísima muchacha sentada a su lado, en una habitacíon llena de libros, cuadros, gusto e inteligencia, inundada por una luz clara y una atmósfera cálida y brillante. Puede que ella no tubiera los rasgos de su chica, sino de otra nueva, aún por imaginar. Alguien capaz de escribir esas palabras que la hacen soñar. Pero este pensamiento no le duró demasiado. No pudo impedirlo y le vino a la mente la misma pesadilla de todas las noches en la que veía su reflejo sentado a lo lejos, en la hierba. Lo miraba de reojo y su reflejo nunca decía nada. Sólo intentaba saber quién era esa nueva persona a la que todo el mundo odiaba. El tiempo transcurría y cada día se iba sentando un poco más cerca para descubrir el precio de la felicidad. Cuán cierto es que necesitamos tener un sueño.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Por qué no quemar todas las habitaciones añiles? Yo lo estoy deseando!
ResponderEliminarporque cada habitacíon es un recuerdo del pasado y el hombre vive de ello.
ResponderEliminarSi las destruyes, destruyes al hombre.
Pues reinventamos al hombre... aiixxxx..
ResponderEliminarentonces cambiarias la forma de pensar de cada uno
ResponderEliminar