Y simplemente yo me quedé en Afganistán, buscando una respuesta que ni el tarapeuta puede dar.
Tania me decía, nunca dejes de escribir y yo lo deje y se me olvidó. Algo que sé es que no me volveré mejor olvidando todo lo malo que he hecho.
Hizo un drama y yo lo respeté. Y luego lo plasmé en poesía. Debes saber, que los mártires son mis peores amigos.
Te llamaré ebrio para contarte todo lo que pasa en mis noches. Un día nublado expresa demasiado sobre mi estado de ánimo. Un diabético me inspira a una gran velada. Cantinflas... simplemente Cantiflas, me inspiraba a dejarme la cara tal y como está. Neruda me recuerda a mi pasado y Sabina me obliga a llamarle loco a aquel bastardo. Mi libertad quiere expresarse mejor que una comedia de Dysney y debo admitir, que mi mitomanía es más enferma que un poema de Rubén Darío.
Aún me acuerdo de las madrugadas viendo a Tom y Jerry y la verdad no me inspiran demasiado pero me provocan angustia. Un problema de ansiedad me indica que debo relajarme cuando realmente quiero vomitar. Tú me inspiras a olvidar. Las veces que te intenté olvidar creo que se hicieron nulas y la probabilidad 0%. Si fuistes tu ayer, tal vez sea otra persona mañana.
Yo una vez dije, "Hagamos el amor todos que importa, ¿para qué el odio?"
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